María Luisa Gutiérrez, fundadora y CEO de Bowfinger International Pictures
- Juliana Avendaño García
- 24 jun
- 2 Min. de lectura

1) ¿Recuerda el momento o proyecto que le hizo pensar “quiero dedicarme a la producción”? ¿Qué fue lo que más le atrajo del rol del productor cuando empezó?
El primero en el que caí, circunstancialmente, “Lejos de África” (Black Island) de Cecilia Bartolomé, me hizo darme cuenta de que yo quería producir. Que era lo que me gustaría hacer. La magia de poder contribuir a hacer realidad una idea. Cada película y el recorrido que se hace hasta verla en pantalla grande es un trocito de tu vida que siempre recuerdas. Los hitos más importantes de mi vida personal desde los 25 años están unidos en la memoria a la realización de una película.
2) Desde AECINE ha promovido una mayor visibilidad y comprensión de la figura del productor independiente, tanto dentro de la industria como hacia el público. ¿Qué cree que sigue faltando para que este rol sea plenamente reconocido, valorado y comprendido, especialmente en un contexto de cambios en los modelos de financiación y exhibición?
Creo que se necesita, especialmente en el cine independiente, algo que se ha perdido. Directores, actores… Es difícil predicar fuera del sector cuando, incluso dentro del sector, hay un desconocimiento absoluto de lo que implica un productor para una película. El mismo guión, en manos de dos directores distintos, da como resultado dos películas diferentes. Lo mismo ocurre si ese guión cae en manos de diferentes productores.
3) ¿Cómo ha evolucionado su visión sobre el oficio de producir cine y cuáles son los desafíos futuros en un entorno audiovisual tan cambiante?
Como en todo, la experiencia es un grado. Me educaron para partir de la base de que mi opinión puede estar equivocada, y para darle un voto de credibilidad a mis mayores solo por el hecho de que han vivido más que yo. Y esto mismo es lo que intento aplicar a mi profesión. Me gusta hablar con referentes como Gerardo Herrero, Eduardo Campoy y tantos otros y otras al otro lado del océano, que ya han pasado por situaciones tan complicadas como las que vivimos ahora. Y les escucho. Creo que, en general, al audiovisual le falta aprender de los errores pasados. El reto que tenemos es lograr que sobreviva la producción independiente, que es la que garantiza la diversidad de historias. Pero esto ya pasó en el pasado. Y se superó. El reto es que Iberoamérica trabaje más junta. Porque, juntos, tenemos un potencial brutal.
5) FIPCA se ha consolidado como una red clave para la producción audiovisual iberoamericana. ¿Cómo ve el rol de esta federación en el fortalecimiento de las coproducciones, la defensa del productor y el desarrollo de políticas públicas en la región?
FIPCA es vital en el origen de los Premios Platino. Un escaparate maravilloso para el audiovisual iberoamericano. Primer paso imprescindible para hacernos valer en el cine global. Un pequeño gran paso. Poder tener todos los productores un sitio como FIPCA donde compartamos información es vital para una industria iberoamericana fuerte.
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